Hasta siempre, Áurea
28 septiembre, 2015
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Después de unos
meses sin parar, me lanzo a escribir la tercera parte de esta entrada, ya que
os tengo un poco descuidados.

La boda que
prometí que iba a describir era la de un chico español y una chica italiana en
Italia. Puesto que la boda tenía a uno de los cónyuges de España, no me pareció
muy diferente a nuestras bodas, pero sí que hay unos cuantos detalles dignos de
mención.
Por ejemplo, el
cóctel no se abrió hasta que no llegaron los novios y probaron el primer
bocado. El cóctel, además, era tipo bufé y me recordaba mucho al típico
aperitivo del norte de Italia. En España, a menudo los novios aprovechan el
cóctel para hacerse las fotos. En este caso, se las hicieron y luego dieron
comienzo al cóctel.

Lo que me llamó
la atención de verdad fue la cantidad de comida que nos sirvieron. No faltó ni
el risotto ni la pasta y nos sirvieron un montón de platos. Es decir, la comida
no se componía de entrantes, pescado y carne, sino de muchos platos diversos
como entrantes o primeros y una buena carne.

Me sorprendió que
durante la comida hubo una actuación fuera del comedor del grupo del hermano de
la novia y los invitados españoles casi ni nos enteramos porque no nos
esperábamos que durante el banquete hubiese entretenimiento también al aire
libre.

Respecto a los
regalos, tampoco vi ninguna diferencia entre lo que nosotros damos y ellos
suelen dar.

Lo que sí que he
hecho ahora es investigar un poco sobre las costumbres de las bodas italianas
puras más tradicionales:

  •     El novio pide permiso al padre de la
    novia para casarse con su hija.
  •   El novio a continuación le regala el
    anillo de compromiso a la novia.
  •  Antes de la celebración de la boda,
    habitualmente en la despedida de soltera, se organiza el ajuar de bodas:
    recuerdos y ropa que los novios usarán cuando ya se hayan casado.
  •  Se suelen evitar las bodas en Cuaresma y el mes de mayo por ser el mes dedicado a la virgen (las religiosas,
    claro) e incluso agosto porque dicen que trae mal fario…
  •  A menudo los novios caminan juntos al
    altar como símbolo de su camino de unión.
  •  El novio debe guardar un pedazo de hierro
    en su bolsillo para repeler a los espíritus malignos y la novia debe evitar
    usar joyas de oro hasta que se hayan intercambiado los anillos de boda.
  • Hay que romper un vaso cuando la
    ceremonia haya culminado y contar los pedazos de vidrio rotos para
    saber cuántos años la pareja vivirá felizmente casada.


Con esta boda
cierro ya casi este tema, aunque aún queda otra boda: ¡la mía la semana que
viene! ¡Entre española y neerlandés, pero a lo arandino! Como he tenido mil
aventuras al organizarla, os haré un resumen del procedimiento a seguir para
casarse en España con una persona extranjera aunque europea.


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