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Morosidad

No hay nada que me moleste más que perseguir a un moroso. Nunca entenderé que te encarguen un servicio y luego eludan su responsabilidad de pagarlo. ¿Acaso cuando vamos al supermercado, nos llevamos la comida y prometemos volver otro día a pagar?

Últimamente, estoy observando retrasos en pagos y empresas que directamente intentan no pagarte. Encima si insistes, parece que eres tú quien debe pedir perdón por molestar.
¡No trabajamos por amor al arte!

Esta publicación es como un grito de socorro o una llamada al entendimiento: clientes, decidnos que ahora no podéis, pedidnos que esperemos un poco, pero valorad nuestro esfuerzo, valorad nuestro trabajo. No soporto la excusa de «Mi cliente no me ha pagado a mí». Eso es cosa tuya con tu cliente. Tú eres mi cliente y el servicio te lo he prestado a ti. Tú debes pagarme a mí. Más fácil, imposible.

Además, cada vez leo más en los foros que proliferan las estafas en nuestro sector: agencias que te mandan solo un proyecto y no te lo pagan porque no llega al mínimo para que te hagan una transferencia sin comisión o porque creen que por un valor tan bajo no vas a denunciarlas; personas que piden que trabajes en un proyecto muy lucrativo, pero que no pretenden pagar; estafadores que solo pretenden robarte datos. Sé que esto no va a dejar de pasar, pero creo que es fundamental que los traductores denuncien y publiquen las malas prácticas para que otros no caigan en las mismas trampas.

Si ya de por sí la traducción parece ir cuesta abajo, si sumamos los impagos, llegará un día en que nadie se atreva a ser traductor. ¡Luchemos por nuestros derechos!

Hace poco, muchos me leísteis en LinkedIn porque una agencia italiana nos había mandado una serie de traducciones de marzo a junio y no había pagado ninguna de sus facturas. Hasta que no los denuncié públicamente, no pagaron. Luego tuvieron la caradura de pedirme que quitara la publicación o tomarían medidas legales por mi difamación…

¡No os amedrentéis! Es una lástima tener que hablar de alguien por las redes para que te haga caso, pero si habéis agotado todas vuestras opciones, no dudéis en hacerlo. Puede que no consigáis que os paguen, pero, al menos, habréis alertado a otros al respecto.

¡Ánimo! ¡Juntos podemos con todo!

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